Teatro barroco
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3. Teatro barroco
Durante este período histórico, el teatro alcanzó un momento cumbre. Toda Europa vio la aparición de magníficos escritores, como el inglés Shakespeare o el francés Molière. En España, el Barroco supone la creación del teatro nacional, que vive un desarrollo sin precedentes, con una nutrida nómina de excelentes escritores, encabezados por Lope de Vega, quien revoluciona completamente el panorama teatral.
Mientras que en países como Portugal se prohibió y llegó a desaparecer, únicamente en Inglaterra y España se desarrolló un teatro popular (en Francia solo pervivió el teatro cortesano).
3.1. Estructura del espacio escénico
Con el auge de las ciudades y del teatro popular, se impone la necesidad de abandonar los espacios públicos como las plazas, los atrios de las iglesias y los patios de vecinos para encontrar lugares estables destinados a la representación. En las grandes ciudades, a imitación de los citados patios, comienzan a construirse corrales de comedias, también llamados “teatros de nueva planta”.
Además del teatro popular, se desarrolla durante el siglo XVII el teatro cortesano representado en palacios y espacios privados de nobles y de reyes. Se trata de un teatro mucho más complejo, con gran aparato escénico y gran complicación formal. No solo los actores profesionales representaban, sino también los propios miembros de la nobleza, y era gratuito, ya que solo se podía asistir con invitación.
CORRALES DE COMEDIAS
Los corrales de comedias eran patios en el interior de casas, con un tablado que hacía las veces de escenario. Allí se habilitaba un espacio donde se acomodaba el público.
Las habitaciones de las casas (los aposentos) que daban al patio se reservaban a las gentes principales. Por su parte, los desvanes y las tertulias eran los aposentos más altos y se destinaban a los religiosos y a los nobles. El público más humilde se situaba en el patio central y veía el espectáculo de pie o sentado en unas gradas. Allí se situaban los mosqueteros, que, con sus silbidos o aplausos levantaban o hundían la comedia. Frente al escenario había un graderío para mujeres llamado la cazuela, separadas físicamente de los hombres.
La creación de los corrales supuso que el teatro se convirtiera en un espectáculo estable, por lo que fueron surgiendo las compañías de teatro profesionales. Los corrales más importantes se situaron en Madrid, Sevilla y Valencia.
3.2. Estructura de la representación teatral
El oficio teatral comienza a considerarse estable a mediados del siglo XVI, cuando llegan a España compañías profesionales italianas. Así, encontramos ya en el siglo XVII una estructura compleja y perfectamente sistematizada. Las cofradías religiosas solían encargarse de la gestión de los teatros para sufragar hospitales y obras de beneficencia. Las compañías de título (que representaban en las grandes ciudades) podían contar hasta con veinte actores, especializados en roles concretos (el galán, el donaire, la dama…), pero no eran demasiado estables y no era habitual que su vida se prolongara más allá de un año.
Las representaciones se realizaban en el periodo comprendido desde Pascua (primera luna llena de primavera) hasta Carnaval (última luna nueva del invierno), por las tardes, durante las horas de sol, y duraban en torno a unas cuatro o cinco horas. La estructura de las representaciones podía variar, pero esta era la habitual:
- Loa: pequeña alabanza en verso, generalmente acompañada de música, que servía para llamar la atención, acallar al público y pedir la gracia de los espectadores.
- Primer acto de la obra principal: dado que las obras solían contar con tres actos o jornadas.
- Entremés: pequeña pieza independiente, con asunto cómico y final feliz, de unos veinte minutos de duración.
- Segundo acto de la obra principal.
- Sainete o paso: pequeñas piezas cercanas a la farsa, similares a un sketch o a un gag, cómicas y de asunto inverosímil, que solían durar unos diez minutos.
- Tercer acto de la obra principal.
- Fiesta o gran baile final: Los actores bailaban y cantaban, con un pequeño texto o sin él. Esta parte estaba destinada a dejar un buen sabor de boca entre el público, especialmente si la obra principal había sido una tragedia.
3.3. Características de la comedia nueva
Félix Lope de Vega y Carpio (1562-1635) creó una nueva fórmula dramática que estableció en Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo.
Lope de Vega, llamado Fénix de los ingenios por su creatividad, dijo que «los grandes escritores no están sometidos a reglas», lo que sirvió de apoyo a la libertad de inspiración de que gozó el teatro del Siglo de Oro. Su fórmula exitosa se resume en estos rasgos:
- Equivalencia entre estructura externa y estructura interna: La comedia lopesca divide la trama en tres actos, que se corresponden, además, con la organización tradicional de planteamientonudo-desenlace.
- Ruptura de las tres unidades clásicas: lugar, tiempo y acción. Alarga el tiempo dramático (incluso varios años) y hace aparecer un mínimo de dos acciones paralelas a la principal. Asimismo, la acción puede desarrollarse en espacios muy distantes, no en un único lugar.
- Mezcla, como en la vida misma:
- De géneros: tragedia y comedia, dando lugar a la tragicomedia, tan característica de Lope.
- De texto y música: Son frecuentes las canciones, con acompañamiento musical y baile, entre el propio texto dramático.
- De registros lingüísticos: El registro culto del noble se alterna con el habla sencilla y coloquial del vulgo.
- De métrica: El amor se expresa en sonetos, la narración de sucesos en romances y los temas graves en octavas reales, por ejemplo.
- Los personajes del teatro lopesco se inspiran en los de la Comedia dell arte Destacamos los siguientes:
El galán, joven, atractivo, idealista. Encarna la fuerza del amor y es un dechado de virtudes.
- La dama, joven, hermosa, el equivalente femenino del galán. Consciente de su honra, es frecuente encontrarla travestida de galán para poder defenderla o vengarla.
- El padre, hermano, esposo (de la dama), quien encarna la honra y a él le corresponde defenderla.
- El villano es el reflejo oscuro del galán y actúa de modo injusto, rompiendo la armonía social.
- El Rey es la encarnación de la justicia, que premia, castiga y restaura la honra, aplicando la justicia poética.
- Gracioso o donaire es criado del galán y desarrolla los aspectos cómicos de la obra: es glotón y nunca come, es vago y siempre va corriendo. En general representa la visión realista de la vida.
LOS TEMAS
Si bien se trataba todo tipo de temas, incluidos los religiosos, históricos o mitológicos, las obras más conocidas son las de capa y espada, junto a los dramas de honor y honra.
El honor se entiende como una cualidad personal de las personas virtuosas y de sangre limpia (cristianos viejos, en oposición a los conversos). La honra, en cambio, consiste en la opinión que los demás tienen sobre la virtud de un individuo y su sumisión a las rígidas normas sociales. Perder el honor o la honra era el mayor mal que podía sufrir un personaje. Su reparación o limpieza incluía venganzas y justicias urgentes, llegando al homicidio, pues solo “se lavaba con sangre”. Estos casos de honor y honra eran los preferidos del público.
EL AUTO SACRAMENTAL
El auto sacramental es el género religioso por excelencia de esta época: una obra en un acto, protagonizada por personajes alegóricos y con una intención didáctica.
Las funciones se llevaban a cabo durante el Corpus y la Navidad, fundamentalmente, y eran públicas. Las representaciones se hacían en la calle, y se empleaban carrozas a modo de escenario, herederas de los roques medievales.
Los autos eran muy importantes, pues otorgaban un gran prestigio a las compañías encargadas para su exhibición.
TEATRO COMO PROPAGANDA POLÍTICA
El teatro barroco difundió la imagen de una sociedad armónica cuya estratificación reflejaba el orden celestial. (Todo lo contrario a la realidad decadente del momento).
El labrador enriquecido es quien sale mejor parado porque era el único que trabajaba y suponía el sustento del régimen.
El corral de comedias era un encuentro colectivo que gustaba a todos: cada uno, desde el lugar que debía ocupar –las mujeres, en la cazuela; los hombres del pueblo, en el patio; los nobles, en las gradas; el rey, en la celosía– observaba y era observado.
3.4. Autores y obras
3.4.1. LOPE DE VEGA
Nacido en Madrid en 1562, desde muy joven leyó a los clásicos y escribió sus primeras comedias con 12 años. .Su vida y su obra estuvieron marcadas por las numerosas mujeres que amó y a las que escribió: Elena Osorio, Isabel de Urbina, Micaela Luján, Marta de Nevares… A lo largo de su biografía trepidante fue universitario, soldado, amante, secretario y sacerdote, además del autor teatral más fecundo y exitoso de su tiempo. Su popularidad hizo de su entierro en 1635 una manifestación sin precedentes. Su producción fue inmensa. Él presumía de haber escrito 1500 obras teatrales, aunque muchas se han perdido y otras son de dudosa autoría. Todavía se conservan 316 comedias escritas inequívocamente por Lope.
Sus temas son variadísimos: pastoriles, caballerescos, religiosos, mitos de la antigüedad, leyendas locales…, pero la base de su éxito no estaba en los temas sino en el modo de incorporar elementos de su tiempo y acercarlos a los gustos del público ateniéndose a lo que le pedía y le gustaba. Las obras de Lope suelen agruparse en tres grandes bloques:
- Dramas de honor: tratan el tema del poder injusto, como en Peribáñez y el comendador de Ocaña, Fuenteovejuna o El mejor alcalde, el rey. En ellas, un noble abusa de su poder sobre los villanos, quienes oponen resistencia y finalmente acuden al rey para que imponga justicia o ratifique la venganza.
- Dramas trágicos: En El castigo sin venganza, el protagonista sufre el conflicto entre su deseo individual y lo establecido por la norma social, que es la que finalmente se impone. También destaca en este grupo El caballero de Olmedo, homenaje a La Celestina, donde la ruptura de las convenciones conduce inevitablemente a la tragedia.
- Comedias de capa y espada: Alcanzaron gran popularidad La dama boba, El perro del hortelano, Las Bizarrías de Belisa… Son comedias protagonizadas por el galán y su dama, donde el amor vence todas las barreras y todo acaba bien, pues lo exige el gusto del público.
3.4.2. TIRSO DE MOLINA
Es el autor de El burlador de Sevilla, obra que serviría para dar inicio al mito de don Juan, como estudiarás más adelante. Seudónimo de fray Gabriel Téllez (1584-1648), es el discípulo más importante de Lope. Era fraile mercedario, y su afición por la literatura no fue autorizada por sus superiores, que lo castigaron en varias ocasiones.
Tirso escribió sus obras siguiendo el modelo de Lope y añadió personajes de mayor complejidad intelectual y psicológica. Como autor, se preocupa por la condición femenina; así, crea personajes femeninos que se distinguen por su inteligencia, valentía y decisión.
La más conocida de sus comedias es El burlador de Sevilla y convidado de piedra, que acuña el mito de Don Juan, el libertino seductor de mujeres. Destacan también sus comedias de capa y espada, como El vergonzoso en palacio, Don Gil de las calzas verdes o Marta la piadosa, tres obras en las que la acción gira en torno a un personaje que para conseguir sus fines encubre su verdadera identidad.
3.4.3. MARÍA DE ZAYAS
Sabemos muy poco acerca de esta famosa autora en su tiempo, desconocida hoy en día, salvo que nació en 1590, perteneció a una familia acomodada y viajó mucho. La reimpresión de sus obras fue prohibida en el siglo XVIII porque, aunque gozaron de gran éxito entre el público, la Inquisición las consideró crudas, obscenas y libertinas.
Publicó varios poemas, una novela bizantina y un buen número de novelas cortas que recibió el elogio de sus contemporáneos. Tanto fue así, que se le apodó la “Sibila de Madrid”. De su prosa, ágil y atrevida, conservamos las Novelas ejemplares y amorosas y su segunda parte, Desengaños amorosos. Con rasgos de la picaresca, Zayas ofrece brillantes historias en las que ya aparece el tema central de su producción: la idea de la época sobre la honra femenina y cuánto daño hace esta a las mujeres.
Conservamos únicamente una de sus obras teatrales, aunque es probable que escribiese más. La traición en la amistad es una comedia de capa y espada, original por situar a las mujeres como protagonistas del argumento. Novedoso es también que las mujeres de esta obra no están sometidas a la autoridad de ningún padre, hermano, o familiar, y que los hombres son caracterizados como débiles e inconscientes, y culpables por acción u omisión de las desgracias de las protagonistas.
3.4.4. ANA CARO MALLÉN
Nacida probablemente en Granada, fue una esclava morisca adoptada por una importante familia de cristianos viejos. Estudió en la Academia Literaria del Conde de la Torre y fue protegida del todopoderoso Conde Duque de Olivares. Se la apodó la “décima musa sevillana” y está considerada la primera escritora profesional, pues hay pruebas de que cobró por algunas obras. Aunque su producción fue extensa, ha llegado muy poco hasta nosotros, pues es casi seguro que murió de peste en 1646 y que todas sus pertenencias fueron pasto de las llamas. Hasta la fecha se han conservado cinco poemas, cuatro relaciones, un coloquio sacramental, una loa y dos comedias, pero tenemos noticia de otras tres comedias y dos autos sacramentales.
El conde de Partinuplés es una comedia caballeresca en la que revisa el mito de Eros y Psique, pero en la que Caro Mallén dota a Rosaura, reina de Constantinopla, obligada por sus súbditos a casarse, del protagonismo y la iniciativa en el juego amoroso. La ingeniería y la maquinaria teatral es de gran importancia en esta obra, pues se suceden hechizos, apariciones, ensoñaciones, encantamientos…
Tras una breve estancia en Madrid, en la que conoció y se hizo amiga de María de Zayas, su estilo se volvió más reivindicativo. Así, en Valor, agravio y mujer encontramos la inversión del mito del don Juan y la crítica directa a ciertas actitudes masculinas de la época y a la concepción del honor y la honra. Leonor consigue sus propósitos, atrapando a los hombres en la trampa de las convenciones sociales: «Todos hemos de matarnos / yo no hallo otro remedio».
3.4.5. CALDERÓN DE LA BARCA
El teatro barroco inicia una nueva línea de mayor complejidad argumental, ideológica y escénica con Pedro Calderón de la Barca (1600 1681), autor de unas 120 comedias y unos 80 autos sacramentales. Por ser dramaturgo de la corte del rey Felipe IV, pudo permitirse la realización de innovaciones escénicas que no hubieran sido posibles en un corral de comedias, pero sí en la corte.
En su extensa obra, cultivó las comedias de enredo y de capa y espada, con títulos famosos como La dama duende o Casa con dos puertas, mala es de guardar. Dentro de los dramas de honor se encuentran obras maestras como El médico de su honra o A secreto agravio, secreta venganza, y la más lograda El alcalde de Zalamea. En ella, el alcalde Pedro Crespo solicita al noble capitán don Álvaro de Ataide reparación por la violación cometida sobre su hija. Dado que este se niega reiteradamente, Crespo ordena ajusticiarlo, ignorando sus privilegios de clase. El rey, en la escena final, ratifica la justicia impuesta por el alcalde.
El título más célebre es La vida es sueño, que sintetiza la idea barroca del desengaño y el problema del libre albedrío. El príncipe Segismundo se encuentra encarcelado en una torre de Polonia desde niño, sin saber quién es. Su padre, el rey Basilio lo ha encerrado porque un horóscopo habría vaticinado que sería un ser violento que derrocaría a su padre. Cuando Segismundo se hace mayor, el rey lo conduce narcotizado a palacio y lo pone a prueba, pero el joven reacciona con violencia y es devuelto dormido a su prisión. Al despertar, Segismundo no sabe si lo que ha vivido es sueño o realidad . Liberado y entronizado de nuevo por una rebelión popular, Segismundo perdona a su padre y se dispone a ser un rey justo. Los temas fundamentales son el destino, el libre albedrío, la vida como sueño, el poder y la justicia.
3.4.6. FELICIANA ENRÍQUEZ DE GUZMÁN
Como es habitual, sabemos muy poco de esta autora. Las únicas noticias que tenemos de ella proceden de Lope de Vega y de Tirso de Molina. Incluso Mira de Amescua habría convertido a la dramaturga en motivo de una de sus comedias, La Fénix de Salamanca. Según esta historia, Feliciana Enríquez de Guzmán (1569-1644) se disfrazó de hombre para poder estudiar en la Universidad de Salamanca y se graduó en Teología, pero fue descubierta y expulsada. Se casó con un compañero de estudios del que se enamoró en la universidad.
A Enríquez de Guzmán no le atraían los temas mitológicos, ni los realistas, ni los que tenían que ver con el honor o el orgullo patrio. Mezclaba los asuntos fantásticos y caballerescos con parodias constantes a lo cortesano y al mundo grecolatino, lo que le granjeó el aplauso del público.
El único texto teatral que conservamos es la Tragicomedia de los jardines y campos sabeos, primera y segunda parte, con diez coros y cuatro entreactos. Lo más original son los entreactos, Las damas mohosas, donde deforma hasta el esperpento y la carcajada los juegos amorosos de la corte y satiriza sus costumbres.
3.4.7. OTROS AUTORES
Siendo imposible nombrarlos todos, citamos aquí a otros dramaturgos relevantes del siglo XVII. Destacan Agustín Moreto con El lindo don Diego, sor Juana Inés de la Cruz con Los empeños de una casa, Guillén de Castro con Las mocedades del Cid, Juan Ruiz de Alarcón con La verdad sospechosa, Luis Vélez de Guevara con Reinar después de morir, Francisco de Rojas Zorrilla con Del rey abajo, ninguno y Leonor de la Cueva con La firmeza en el ausencia.