Jaime Sabines. Otra carta
Procedente del libro La señal, de 1951, añadimos este poema leído por el autor.
Siempre estás a mi lado y yo te lo agradezco.
Cuando la cólera me muerde, o cuando estoy triste
—untado con el bálsamo para la tristeza como para morirme—
apareces distante, intocable, junto a mí.
Me miras como a un niño y se me olvida todo
y ya sólo te quiero alegre, dolorosamente.
He pensado en la duración de Dios,
en la manteca y el azufre de la locura,
en todo lo que he podido mirar en . . .
Contenido restringido
Este contenido está restringido a suscriptores pero ES GRATIS. Pulsa AQUÍ para hacerte suscriptor
Si ya eres suscriptor Valídate
Si ya eres suscriptor Valídate