Género dramático

El género dramático está integrado por obras en las que se elaboran mundos de ficción a través de la expresión directa de los personajes y la representación de sus acciones en escena. Es el único género que interrelaciona dos instancias artísticas diferentes:

  • la dimensión del texto escrito
  • la interpretación de ese texto frente a un público

El género dramático es uno de los tres grupos en los que se clasifican los textos literarios, junto al género narrativo y al género lírico.

Importante: A pesar de que los términos drama y teatro son a menudo utilizados indistintamente, existen algunas diferencias significativas:

  • Drama. Se refiere exclusivamente a la parte escrita de este arte, es decir, a un género literario creado por un dramaturgo.
  • Teatro. Abarca la parte actuada, es decir, un arte escénico en sí mismo que es resultado de la obra de un director teatral.

Características del género dramático

Las principales características del género dramático son:

  • La palabra de la que deriva “drama” significa en griego ‘hecho’ pero también ‘escena, exhibición’.
  • A diferencia de los textos narrativos, en los dramáticos no interviene una voz que relata y organiza la historia, sino que la trama es escenificada directamente por los personajes, a través de diálogos y parlamentos.
  • El género tiene su raíz en la cultura oral de la Antigua Grecia. Allí, la tradición religiosa fue dando origen a una forma artística dominada por la palabra pronunciada en voz alta.
  • El drama fue cultivado en diversas regiones y épocas, diferenciándose el grupo de las obras literarias creadas por autores cultos de otro grupo integrado por representaciones de carácter informal o anónimo. En las primeras, el texto es tan importante que a menudo se basta a sí mismo como obra artística, mientras que, en las segundas, prima la dimensión del entretenimiento y la puesta en escena por sobre el texto.

Elementos del género dramático

Las obras del género dramático contienen dos instancias artísticas diferentes pero complementarias: la textual (el texto escrito) y la espectacular (la representación).

  • Instancia textual. Tanto un texto teatral de gran calidad literaria como el guion de una obra informal se componen de dos tipos diferentes de texto:
    • Texto primario. Está integrado por los parlamentos de los personajes, tanto si se trata de diálogos (intercambios verbales con alternancia de emisores) como de monólogos (en caso de que el discurso tenga un solo emisor porque el personaje habla solo).
    • Texto secundario. Está integrado por las didascalias (aclaraciones acerca del lenguaje no verbal con que el actor o actriz debe acompañar cada parlamento) y las acotaciones escénicas (descripciones hechas por el autor/a acerca de la disposición de los elementos en el espacio representado).
  • Instancia espectacular o de la puesta en escena. Además del lenguaje verbal presente en el texto del guion, es muy importante el lenguaje no verbal (movimiento, expresiones faciales, gestos, postura corporal, danza, música). Esto supone la participación de múltiples artistas y trabajadores de todo tipo que intervienen para que sea posible la comunicación entre actores y espectadores. Los principales elementos son:
    • Un espacio físico dispuesto para la representación.
    • Productores y directores de la pieza.
    • Actrices y actores.
    • Bailarines (en caso de que la obra incluya danza).
    • Músicos en vivo o musicalizadores que utilizan instrumentos técnicos.
    • Encargados de escenografía, maquillaje y vestuario.
    • Encargados de iluminación y sonido.
    • Público receptor (que en ocasiones interactúa con los actores).

Estructura del género dramático

Las obras del género dramático tienen una estructura específica porque han sido compuestas para la representación frente a un público. En la dimensión textual, esta consta de:

  • Presentación de los personajes. Se indican en una lista, por orden de aparición. En las obras modernas, puede aclararse el nombre de los actores o actrices que los interpretaron en la puesta en escena.
  • Actos. Suelen estar subdivididos en escenas. Si la obra es breve, puede constar de un solo acto. En la dimensión espectacular, cada acto se separa del siguiente por la bajada y subida del telón. 
  • Acotaciones. Se encuentran al inicio de cada escena y hacen mención acerca de las características del espacio en el que sucede ese episodio de la historia.

En cuanto a las obras antiguas, en la Grecia clásica, seguían una estructura específica, relacionada con los orígenes religiosos del teatro. Así, por ejemplo, en el caso de las tragedias, la estructura externa constaba de cinco partes y se regía por los ingresos y egresos del coro. Estas eran:

  • Prólogo. Escena inicial en el que se presentaba la trama mítica.
  • Párodos. Ingreso del coro, con cantos y alabanzas.
  • Episodios. Instancia central en la que los personajes centrales se enfrentan en los agones.
  • Estásimos. Partes cantadas por el coro ya ubicado en su espacio dentro del escenario.
  • Éxodo. Resolución del conflicto y retiro de escena de los actores.

Otros tipos de obras, en las que lo religioso no jugaba un papel, como las comedias, tenían una estructura más flexible.

Tipos de géneros dramáticos

Existen tres géneros mayores en los que se clasifica los géneros dramáticos. Estos son:

  • Tragedia. Obra de tono solemne y origen religioso, surgida de los himnos y rituales en honor al dios del vino y las cosechas, Dionisio. En ellas, se representa la historia de un personaje noble que experimenta una catástrofe (destrucción) tras haber desafiado a los dioses con su hybris (soberbia).
    Por ejemplo: Electra, de Sófocles.
  • Comedia. Obra de tono liviano y festivo, cuya finalidad en la Antigua Grecia era entretener al público y esbozar una crítica social ya que los personajes eran compuestos como parodias estereotipadas de figuras del pueblo. En el desenlace, el conflicto es resuelto.
    Por ejemplo: El soldado fanfarrón, de Plauto.
  • Tragicomedia. Obra que combina elementos de los dos grandes géneros clásicos, abordando temáticas profundas de forma exagerada o distorsionada, con el fin de hacer una crítica o reflexión al mismo tiempo que divertir al auditorio con composiciones cómicas.
    Por ejemplo: La celestina, de Fernando de Rojas.

Función del género dramático

El filósofo griego Aristóteles fue quien dejó asentado el carácter de la función educativa que cumplía el teatro en la Antigua Grecia, en su tratado estético La poética (siglo IV a. C.). Según este autor, la finalidad de toda tragedia era producir la catarsis del espectador, una purificación de sus pasiones, la cual se alcanzaba por la interacción de un estado de compasión junto con la experimentación de temor. Aristóteles consideraba que estas emociones se producían por la identificación de los espectadores con los devenires del héroe trágico, quien sufría una catástrofe a causa de su soberbia y desmesura.

En la época moderna, tras la separación del arte respecto de las instituciones educativas y religiosas, el teatro adquirió independencia y fue cultivado tanto para entretener a un auditorio como para convocar a la reflexión o, incluso, como herramienta de difusión de principios políticos. El género dramático cuenta con importantes recursos para estos fines, debido a que, gracias a la dimensión espectacular que lo define, pone en juego el cuerpo y la voz de los actores sobre el escenario, además de la palabra de la instancia textual.

Ejemplos de género dramático

  1. Agamenón (458 a. C.), de Esquilo.
  2. Antígona, (441 a. C.), de Sófocles.
  3. El misántropo, (317 a. C.), de Menandro.
  4. Formión, (161 a. C.), de Terencio.
  5. Las troyanas (52 d. C.), de Séneca.
  6. El milagro de Teófilo (siglo XIII) de Rutebeuf.
  7. La Celestina (1500), de Fernando de Rojas.
  8. Himenea (1517), de Bartolomé Torres de Navarro.
  9. El mercader de Venecia (1596), de William Shakespeare.
  10. La trágica historia del Dr. Fausto (1604), de Christopher Marlowe.
  11. La dama boba (1613), de Lope de Vega.
  12. Tartufo (1669), de Molière.
  13. Fedra (1677), de Jean Racine.
  14. Amor es más laberinto (1689), de Sor Juana Inés de la Cruz.
  15. La dama de las camelias (1848), de Alejandro Dumas.
  16. El amo del mundo (1927), de Alfonsina Storni.
  17. El círculo de tiza caucasiano (1945), de Bertolt Brecht. 
  18. Final de partida (1957), de Samuel Beckett.
  19. La malasangre (1982), de Griselda Gambaro.
  20. Jerusalem (2008), de Jez Butterworth.

Origen del género dramático

El género dramático se originó en la Grecia del siglo V a. C, en base al antiguo ditirambo, himno sagrado en honor a Dionisio, dios del vino. Los cantos en honor a Dionisio eran recitados en rituales tradicionales para pedir por buenas cosechas, por parte de un grupo de hombres vestidos con cuernos y pieles de cabra, que conformaban un coro.

Luego, en torno al siglo V a. C., a través del actor Tespis, fue surgiendo en Atenas una forma artística que retomaba el antiguo ditirambo, agregando la representación de las historias de los mitos a través de la acción y la declamación de actores cubiertos con máscaras.

Luego, el gobierno ateniense de Pericles (442-429 a. C.) impulsó estas representaciones con el objetivo de que fueran masivas e hizo construir recintos a los pies de las montañas, para favorecer la acústica. Este estímulo dado por Pericles al drama, junto con la importancia que adquirieron el diálogo y el debate público en las ciudades democráticas del siglo V, colaboraron en la aparición de un arte representativo, en el que la palabra en estilo directo adquirió centralidad. 

Referencias

  • Aristóteles. 1946. De Poética. Trad. de E. Schlesinger. Oxford Classical Texts.
  • Fuentes Gonzalez, P. P. 2007.  “Los elementos estructurales del drama griego antiguo: forma y función”. Florentia Iliberritana, 18: 27-67.
  • Ubersfeld, Anne. 1989. Semiótica teatral. Ediciones Cátedra.

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Cómo citar

"Género dramático". Autor: Vanesa Rabotnikof. De: Argentina. Para: Enciclopedia del Lenguaje. Disponible en: https://lenguaje.com/genero-dramatico/. Última edición: marzo 1, 2024. Consultado: abril 9, 2024. Año: 2023.

Sobre el autor

Autor: Vanesa Rabotnikof

Licenciada en Letras (Universidad de Buenos Aires). Especialización en Edición (Universidad Nacional de La Plata).

Revisado por: Inés Iraeta

Licenciada en Comunicación Periodística (Universidad Católica Argentina)

Última edición: marzo 1, 2024

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