Antonio Gamoneda. Después de veinte años
Después de veinte años.
Cuando yo tenía catorce años,
me hacían trabajar hasta muy tarde.
Cuando llegaba a casa, me cogía
la cabeza mi madre entre sus manos.
Yo era un muchacho que amaba el sol y la tierra
y los gritos de mis camaradas en el soto
y las hogueras en la noche
y todas las cosas que dan salud y amistad
y hacen crecer el corazón.
A las cinco del día, en el invierno,
mi madre iba hasta el borde de . . .
Contenido restringido
Este contenido está restringido a suscriptores pero ES GRATIS. Pulsa AQUÍ para hacerte suscriptor
Si ya eres suscriptor Valídate
Si ya eres suscriptor Valídate