Quevedo. A un narigudo
Si existe un poema que se pueda considerar ejemplificador del conceptismo y de la hipérbole, es este sin ninguna duda. Disfrútenlo.
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;
era un reloj de sol mal encarado,
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egito,
las doce tribus de narices era;
érase un naricísimo infinito,
frisón archinariz, caratulera,
sabañón garrafal, morado y frito.
Alquitara: alambique; peje: pez. Hombre astuto y sagaz; sayón: sayo grande, vestido que cubre hasta la rodilla. Cófrade de Semana Santa; Ovidio Nasón: poeta romano del I a.C.; frisón: dícese de una cosa grande; caratulera: que semeja una máscara.